Se viene un nuevo año escolar y como padres responsables salimos de compras de útiles, cada año nos empeñamos en cumplir con toda la lista que exigen las instituciones educativas, a conciencia de que tener las herramientas y los instrumentos adecuados ayudan en el entendimiento y adquisición de las enseñanzas. Hoy en día es más fácil que nunca adquirir material escolar original a través de tiendas virtuales y desde la comodidad de nuestras casas, el problema es que progresivamente parece que los pequeños se empeñan en perder las cosas.
Con el paso del ciclo educativo comenzamos a ver que el bolso regresa con menos cosas, faltan lápices, colores, reglas o escuadras, un compás y hasta el libro de texto, nos preguntamos entonces, ¿Acaso es normal que los útiles desaparezcan?, ¿Es aconsejable tratar el tema directamente con el niño?, o ¿Reponer las pérdidas es una medida suficiente?
¿Cuál es la actitud de los niños?
Cuando preguntamos a nuestros hijos ¿Qué pasó con tu escuadra que no la tienes en tu cartuchera? Suelen responder cosas como “no lo sé, cuando he vuelto del recreo ya no estaba” o “la deje en el estante y desapareció” hasta nos dicen que se la prestaron a un amiguito y no se la devolvieron. El hecho es que un bien se ha perdido y no podemos pretender que comprando uno nuevo solucionamos el problema, la idea es generar conciencia.
¿Qué medidas se pueden tomar?
1.- Hacerles entender que cada material escolar tiene un coste económico y que nuestro esfuerzo hace que sacrifiquemos comprar otra cosa para cumplir con sus necesidades, dando ejemplo de la prioridad.
2.- Las primeras semanas de clases se recomienda revisar junto con el niño todos los útiles y que se dé cuenta la importancia de regresar con todo lo que se lleva.
3.- No recargar demasiado el bolso es otra forma de controlar las pérdidas, y de demostrar que no siempre es necesario cargar con todo para el colegio, solo cuando sea necesario.