El ser humano siempre se ha apoyado para realizar las actividades que tiene que acometer con herramientas que han ido desde la palanca en la antigüedad, hasta los motores eléctricos en la actualidad. En todos los casos, la idea es minimizar los esfuerzos y obtener los mejores resultados en un lapso óptimo de tiempo.
La fuerza que ha sido aplicada a sus invenciones es, en el orden de su aparición en la historia, la motriz, en un principio potenciada por el hombre y posteriormente empleando a los animales, y el uso directo de los elementos, como el agua, viento y el sol. Luego de usarlos todos ellos en forma más o menos directa, sin embargo, se optó por convertirlos en energía eléctrica que se puede usar al momento o posteriormente cuando sea requerido.
Por otra parte, las ventajas de haber atravesado un eje a través del centro de una rueda, se han multiplicado desde un pasado tan remoto que ya ni se menciona, y el poder usar las ruedas como dispositivo para trasmitir la energía ha pasado de mover las cargas en carretas, hasta elaborar complicados engranajes que sirven para otros muchos propósitos.
Los motores ya existían, aunque lentos y poco eficientes, cuando se conectaba un animal empleando una palanca y se hacía girar una rueda de molino, mediante represas se dirigía el agua por un canal que iba moviendo un elemento giratorio, o en los molinos de viento al moverse las aspas y utilizar dicha potencia para extraer agua de pozos o moler granos.
Los motores eléctricos se basan precisamente en un dispositivo que gira en torno a un eje para convertir la electricidad en movimiento. Aunque, por supuesto, eso no es toda la explicación del mecanismo, y tuvieron que pasar muchos siglos antes de que los científicos le dieran uso práctico a la electricidad y al magnetismo y descubrieran los principios que permiten trabajar fuerzas enormes a través de su uso.
Son precisamente estas proezas de la mecánica las que han permitido logros tales como: la generación de grandes fuerzas, y el utilizar modelos pequeños adaptables a espacios reducidos para realizar trabajos de otra manera inalcanzables.