La situación económica que ha atravesado el país en los últimos años obligó a los consumidores a cambiar sus hábitos de compras y a confiar en alternativas que siempre estuvieron presentes. Esta realidad se evidencia con el incremento en las ventas de motores desguaces, convirtiéndose en la primera opciones de muchos conductores.
Aunque algunos se mantienen renuentes a adquirir productos en el mercado de segunda mano por miedo a ser engañados o estafados, definitivamente, no hay razones para sentirse así con los recambios. Gracias a múltiples modificaciones que sufrió la ley que regula este sector, podrás encontrar lo que buscas en empresas absolutamente fiables y responsables.
Las normativas vigentes dan soporte a estos negocios que prefieren vivir a la luz de la honestidad y aceptan las reglas del juego que definen la relación entre el empresario y el cliente. En otras palabras, la esencia de estos parámetros es lograr un trato aceptable entre ambas partes, mediante garantías que aseguren los derechos de los dos.
Antes de que ocurriera este fenómeno, los desguaces -conocidos ahora como Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos (CATV)- no eran lugares organizados, con normas prestablecidas que favorecieran a los clientes. Por esta razón, eran catalogados como cementerios de coches, ejemplo del caos y el desorden.
Por fortuna, todo este escenario cambió en un momento oportuno, llenándose de oportunidades para la mayoría de los dueños de cualquier tipo de transporte (motos, automóviles, camiones, tractores, entre otros). En este sentido, lo único que necesitarás es descubrir cuál es la compañía que te ofrece mejores beneficios, mayor variedad y precios incomparables.
Los vendedores de estas piezas coinciden en que vale la pena comprar motores en los desguaces, porque son baratos y de buena calidad. Y, por eso, no es casualidad la alta demanda que tienen.
Si vas a aprovechar esta posibilidad, asegúrate de hacer negocios con alguien comprometido con su trabajo y pueda darte toda la tranquilidad en esa inversión.