Al pensar en el tratamiento del petróleo puede venirse a nuestra mente la idea de una válvula de membrana, tuberías o gases, pero probablemente a nadie que no tenga conocimiento en el área se le ocurrirá relacionar a una refinería con un árbol de navidad; sin embargo, estos tienen mayor relación de lo que podríamos imaginar.
Como árbol de navidad, se ha denominado a una estructura compuesta de válvulas que se sitúan en la superficie de los pozos, cuya finalidad es la regulación de la salida del petróleo a través de estos sin que haya pérdidas. Adicionalmente, también se le utiliza para inyectar gas y agua en los que no son productores para ayudar a aumentar los niveles de producción de petróleo.
Se le llama de esta manera, porque se trata de un sistema formado por diversas válvulas, tuberías, tambores, estranguladores y medidores de presión, dispuestos de tal forma que se asemejan a un árbol navideño adornado, y los más sofisticados, tienen como mínimo una válvula en cada eje.
En este sentido, aquella que se sitúa en la parte superior, se le denomina swab, se le usa para las intervenciones de pozos y generalmente se le controla de forma manual. Por otra parte, la que se instala en la parte inferior se denomina válvula maestra y se le mantiene abierta, salvo que atraviese algún flujo a través del ducto, en cuyo caso se le inactiva para evitar la erosión de la misma.
En cuanto a las que se disponen lateralmente, se les denominan flowwing (lado derecho) y killwing (lado izquierdo) y estas se encargan de la inyección de fluidos hacia las instalaciones de producción, así como de aquellos que previenen la formación de hidratos.
Como dato curioso, la industria petrolera no es la única que ha utilizado este término para referirse a una estructura, en el mundo náutico también se usa, pero en este caso es para definir al mástil donde se instala el sistema de luces de navegación. Con esta información, la próxima vez que participemos en una plática sobre árboles de navidad, seguramente estaremos más atentos al contexto.